Prevención del bullying
Los especialistas afirman que únicamente a través de una intervención simultánea sobre los individuos, sus entornos familiares y la institución educativa, es posible arrancar el bullying de raíz. Sin embargo, en ello influyen numerosos factores socioculturales que escapan al ámbito educativo, y que a menudo hacen difícil tan solo identificar al abusador.
Sin embargo, las escuelas tienen la obligación de fomentar la comunicación entre alumnos y docentes. Así se evita que los casos de maltrato sean invisibles para el personal de la institución, especialmente para los encargados de la disciplina y los encargados de la asistencia psicológica, de haberla.
La participación de los padres en ese sentido es clave, así como romper la comodidad de la indiferencia de los compañeros de clase: el abusador debe ser identificado, denunciado y su conducta rechazada por el grupo, de modo que la presión social recaiga sobre la conducta negativa, en lugar de sobre la víctima.
Por último, el empoderamiento de la víctima es siempre una herramienta útil, de la mano de la terapia psicológica. La enseñanza de las artes marciales y de métodos de defensa personal pueden incidir positivamente en su autoestima y brindarle recursos a la hora de lidiar con situaciones de abuso desde una perspectiva más saludable.
